La cooperación al desarrollo de la Unión Europea (UE) atraviesa por un importante proceso de reforma ante un nuevo ciclo presupuestario y de programación para el período 2021-2027. Una indeterminación que puede hacerse extensiva al conjunto de las relaciones de la Unión Europea con América Latina.
La convergencia entre la UE y América Latina no pasa hoy por su mejor momento. Quizá, por la exigencia o por las expectativas que tenía puesta cada región en la otra y también por la gran indefinición de los actores implicados, que no logran articular de forma consistente y prolongada una agenda común de beneficio recíproco alineada con la agenda multilateral global.
Así lo señaló recientemente el Alto Representante de Política Exteriores de la UE, Josep Borrell, tras lamentar que la región no esté «suficientemente presente en el radar europeo» e instó a reactivar las relaciones con América Latina y el Caribe.
Pero es que la Unión Europea, junto a América Latina y el Caribe, no solo suman un conjunto de más de 60 países. Actuando coordinadamente desde unos objetivos, principios y valores muy similares, podríamos defender mejor los intereses comunes de ambas regiones frente a otros actores externos como China y EE.UU.
La paradoja de América Latina y el Caribe
América Latina y el Caribe se caracterizan por la siguiente paradoja: si bien han visto avances socioeconómicos destacables, la región sigue teniendo grandes vulnerabilidades de carácter estructural y de desigualdad. Y una vez que la UE ha asumido que las políticas de desarrollo y de criterios de elegibilidad no deben estar basados en niveles de renta, debemos encontrar caminos y líneas para avanzar en una cooperación eficaz para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030.
Sobre esta base, la UE debería fortalecer su presencia y visibilidad en América Latina con una mayor cooperación regional e interregional que atraiga a los distintos países, regiones y/o subregiones. América Latina y el Caribe son particularmente vulnerables a los grandes retos globales, como por ejemplo los efectos negativos del cambio climático y la agenda digital. La UE podría ser un aliado internacional clave para luchar conjuntamente frente a estos retos y hacer lo mismo frente a otras amenazas transnacionales como la COVID, la seguridad y la justicia.
Por ejemplo, con formatos de participación conjunta y programas birregionales de demostrada aceptación que financia la Unión Europea, que se inspiran en las mejores prácticas de cooperación entre instituciones públicas y experiencias exitosas entre Europa y América Latina.
La cooperación por una sociedad más segura
Desde el Programa ELPAcCTO contribuimos a este acercamiento entre las dos regiones a través del vínculo entre seguridad y desarrollo, fomentando la cooperación regional e internacional para hacer frente a la dimensión transnacional de las amenazas de seguridad y justicia. Porque una sociedad que actúa en un entorno inseguro no es capaz desarrollarse.
Por otro lado, teniendo en cuenta que el crimen organizado extiende con facilidad sus tentáculos y tiene la capacidad de llegar a Europa, la UE puede compartir sus experiencias aprovechando los conocimientos y capacidades para alinearse con las demandas que han identificado nuestros socios de los países de América Latina.
Una idea que cobra fuerza en medio de una pandemia como la actual. Durante estos meses EL PAcCTO ha creado el Canal COVID. Un espacio de intercambio de información entre fuerzas de seguridad, fiscalías y sistemas penitenciarios. Intercambios sobre ciberdelincuencia, corrupción en la contratación pública, hacinamiento y medidas alternativas a las penas de prisión o gestión de residuos sanitarios. La experiencia europea, donde la crisis sanitaria comenzó primero, se ha trasladado a América Latina para poder anticipar o, básicamente, para poder compartir maneras de actuar y reforzar una respuesta común de las dos regiones.
La coordinación entre las instituciones comunitarias y las nacionales de los Estados latinoamericanos ha comenzado, pero no es suficiente. La delincuencia organizada trabaja a un ritmo vertiginoso y su persecución no puede descansar en mecanismos tradicionales. Recientes formas de delincuencia grave desbordan las fronteras y se manifiestan a través de entramados complejos, por lo que se ha producido un incremento de las peticiones de cooperación. Desde ELPAcCTO apoyamos la creación de equipos conjuntos de investigación para distintos tipos de delitos (fiscales, medioambientales, narcotráfico, trata y tráfico de seres humanos y, más recientemente para hacer frente al aumento de los delitos informáticos).
Además, EL PAcCTO ha dado un paso más allá en su trabajo por fortalecer la cooperación jurídica internacional. Ha lanzado una herramienta digital que favorecerá el intercambio de información con garantías de seguridad técnica y de uso procesal y acortará los tiempos de trabajo entre jueces, fiscales y autoridades centrales de América Latina y de la Unión Europea. La justicia no funciona sin seguridad ni la seguridad sin la justicia.
La Unión Europea y Latinoamérica se necesitan mutuamente
En el mundo interdependiente de hoy, la cooperación es imprescindible para enfrentarse a retos que son comunes. Pongamos en valor nuestra experiencia y construyamos juntos un nuevo espacio euro latinoamericano basado en un aprendizaje entre pares de participación conjunta e intercambio de experiencias, para hacer frente común a los compromisos de la agenda para el desarrollo y a los desafíos que nos depara el futuro.
EL PAcCTO es un proyecto que gestiona la FIIAPP junto a Expertise France en colaboración con sus socios (el Instituto Ítalo-Latinoamericano – IILA; y el Instituto Camões de Portugal) y con el apoyo de expertos públicos europeos. Abarca las tres dimensiones de la cadena penal: la justicia, la cooperación policial y los sistemas penitenciarios, todo visto como un circuito integrado.
Agustín Fernández
Jefe de oficina y administrador de EL PAcCTO