El concepto de crimen organizado nace de una situación relativamente simple: organizaciones criminales supieron organizarse aprovechando todos los fallos del sistema, las divisiones y la desorganización de los actores de la cadena penal. Frente a esta situación, las instituciones de algunos países de América Latina no han logrado todavía tomar las medidas necesarias para enfrentar un fenómeno multidimensional, difícil de abordar y entender. En particular, la descoordinación entre los cuerpos de investigación, los fiscales y demás actores del sistema de Justicia, constituyen oportunidades que no pierden los grupos criminales organizados aprovechándose de situaciones, en muchos casos, inesperadas. Sin duda, la situación actual constituye un terreno fértil para la proliferación del crimen organizado.
En este contexto, frente a la necesidad de reforzar la coordinación y de mejorar la organización de los actores de la cadena penal, nace la idea de crear Equipos Multidisciplinares Especializados. El principio es sencillo pero innovador para muchos países de América Latina. Se trata de que, instituciones involucradas en la lucha contra el crimen organizado en general o en un delito en particular, junten sus esfuerzos y personal especializado para enfrentar, de forma coordinada el crimen. El EME lo integran actores provenientes de, por lo menos, dos instituciones (policía y fiscalía siendo generalmente el núcleo duro) y, en su caso, expertos oriundos de otras instituciones. Nombrados por sus instituciones de origen, dedicados a tiempo completo al equipo, los integrantes del EME tendrán facilidad para coordinarse e irán especializándose progresivamente. Una vez conformado el equipo y capacitados sus miembros, lo más lógico es que se encarguen de la investigación y persecución de los delitos más graves en su materia de competencia. En particular, de los casos que tengan un carácter internacional y que precisen técnicas especiales de investigación.
Los EMEs son equipos nacionales con una orientación especialmente operacional de persecución de delitos vinculados con el crimen organizado transnacional. Estos equipos se crean a derecho constante, es decir, sin necesidad de modificar la legislación y cuentan con la participación voluntaria de las instituciones que lo conforman. Los EMEs tienen, evidentemente, un carácter piloto y posiblemente transitorio antes de contemplar la formalización de instituciones especializadas, a través de una evolución de la normativa. Estos equipos tienen también vocación de interrelacionarse con equipos equivalentes en otros países para facilitar la cooperación internacional.
Durante el 2019, EL PAcCTO prevé apoyar la creación de 9 EMEs con carácter operacional: en Bolivia y Ecuador, en materia de lucha contra la trata de seres humanos; en Panamá y Perú para la lucha contra los delitos medioambientales; en Colombia, Paraguay y Uruguay en materia de delitos económicos, en particular el lavado de activos; en Paraguay, para reforzar la inteligencia penitenciaria; y en México, para la protección de los derechos humanos, lucha contra la impunidad e investigación de personas desaparecidas. El proceso de acompañamiento a la creación de los EMEs comienza esta semana en Colombia y Perú. Se espera que los equipos estén plenamente operacionales y en funcionamiento para el final de este año.
Xavier Cousquer, Codirector de EL PAcCTO