Las sesiones de trabajo del pilar policial durante el encuentro anual de programa en Quito se desarrollaron bajo el paraguas de un tema común: “La protección de las instituciones policiales frente a la posible influencia del crimen organizado”.
En ese contexto tuvimos tiempo de hablar, intercambiar opiniones y experiencias y discutir sobre un tema delicado, a veces considerado como políticamente incorrecto, la corrupción. Y lo hicimos sin disfrazar la verdad ni disimular la realidad que encontramos en nuestras instituciones o países respectivos.
Por ello, antes de hablar de las conclusiones, considero importante destacar el alto nivel de participación de los representantes de los países de América Latina que asistieron al evento, la notable calidad de las intervenciones y la total franqueza de las discusiones mantenidas.
Fue una verdadera puesta en común, de los conocimientos y las problemáticas a las que nos enfrentamos todos en nuestros países e instituciones.
Hablamos de un encuentro en el que se desarrollaron diferentes sesiones de trabajo, en las que se reunieron 22 representantes de 12 países de América Latina: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica. Ecuador, El Salvador, México, Panamá, Paraguay y Uruguay; y en las que contamos con la participación de diferentes expertos: José María Bohoyo, de la Guardia Civil de España, Salvator Erba subdirector de control interno de la Agencia Francesa Anticorrupción, Eduardo Cano Romera, de la Oficina Europea de Lucha Antifraude y Natalia Cabrero responsable de comunicación de EL PAcCTO.
Algunas conclusiones y recomendaciones extraídas del encuentro giraron en torno a la necesidad de establecer un modelo de unidades de asuntos internos bien definido, ya que en la actualidad se ha observado que hay una dicotomía entre modelos descentralizado y/o centralizado y modelos administrativo y/o judicial.
En relación a una de las preguntas formuladas durante el taller sobre mejora de la percepción social de los cuerpos de seguridad acerca de la existencia o no de un código de ética en las instituciones policiales, se ha visto la necesidad de fortalecer las herramientas que permiten la prevención de la corrupción interna. Algunos ejemplos que propusimos fueron el crear formaciones y capacitaciones sobre el tema, una gestión eficiente de los Recursos Humanos, la posibilidad de acceder a una verdadera carrera policial, el reconocimiento de la Institución de la ciudadanía o un sueldo honorable. Ya que más vale prevenir que curar.
Durante los talleres hemos llegado a la conclusión de que actualmente la totalidad de los países participantes tienen un código ético, pero es una cosa de tener un código de ética y otra cosa de aplicar y hacer respetar las reglas de dicho código.
En lo relacionado a la pregunta sobre ¿Cómo gestionar los medios de comunicación en casos mediáticos? Llegamos a la conclusión de que todos los países tienen un plan de comunicación y/o servicios centralizados o descentralizados designados para comunicar. Una comunicación controlada es esencial; puede ser proactiva o reactiva. Tenemos la obligación de comunicar si no lo hacemos otros los harán, no siempre de forma correcta, en nuestro lugar.
Pero no se ha detectado una estrategia de comunicación sobre los casos de asuntos internos de parte de las instituciones. El peligro de comunicar anualmente, por ejemplo, sobre los casos investigados por parte de los servicios de asuntos internos es poner a la luz faltas cometidas por elementos de las fuerzas de seguridad y tomar el riesgo de desacreditar el cuerpo entero. Pero una comunicación eficaz, con total transparencia, de esos casos ayuda a fortalecer la confianza de la ciudadanía en sus instituciones.
Mucho trabajo por hacer y muchas ganas de seguir trabajando. Pero antes, quisiera agradecer a todos los participantes a las sesiones de trabajo del pilar policía. Fue un real placer de intercambiar sobre las temáticas.
Muchas gracias y hasta la próxima.
Pascal Benitez, Coordinador del Componente de Cooperación Policial.