El patrón es común: mujer en situación de vulnerabilidad económica, social o familiar deja su lugar de origen con la promesa de que en destino encontrará un trabajo que le permita enviar dinero a su familia. Ocurre lo mismo con las niñas cuyas familias envían lejos del hogar con la esperanza de que tengan un futuro mejor.
Las redes criminales las buscan a ellas, a las mujeres y niñas vulnerables que, por su situación, están obligadas a acceder a chantajes para salir adelante. Son las víctimas más comunes.
Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la trata de personas afecta a 40 millones de personas en todo el mundo, el 70% de las cuales son mujeres y niñas. Y esos son solo los casos públicos, la UNODC apunta que por cada caso conocido hay, al menos, veinte clandestinos. Además, la cifra del 70% aumenta si hablamos de trata con fines de explotación sexual: en este caso, según la UNODC, un 94% de las víctimas son mujeres y niñas.
Las redes delictivas que captan a estas mujeres y niñas se encargan de reducirlas a simples mercancías, meros objetos de transacción y lucro. Explotan a las víctimas y producen en ellas secuelas y efectos devastadores. Además, la trata de personas suele estar vinculada a otras formas de crimen transnacional organizado, como la ciberdelincuencia o el lavado de activos.
Ni mercancía, ni invisibilidad
Cada año, miles de personas son captadas para ser explotadas, ya sea sexualmente, laboralmente o bajo otras modalidades. Esta esclavitud contemporánea llamada tráfico de personas es una forma de crimen transnacional organizado, un delito grave y a la vez una dolorosa violación de los derechos humanos que priva de su dignidad a muchas personas en todo el mundo. La trata de personas es un fenómeno a escala mundial que afecta a casi todos los países del mundo, ya sea como país de origen, tránsito o destino de las víctimas.
Este delito, tal y como señala la OIT, genera unos 150.000 millones de dólares de beneficios al año, 12.000 de ellos en América Latina y el Caribe, donde el número de víctimas ha crecido de forma considerable. En esta región la mayoría de casos de trata tienen un fin sexual, afectando especialmente a mujeres y niñas.
Por todo ello, desde EL PAcCTO trabajamos para fortalecer la coordinación y el trabajo de las instituciones que se encargan de la lucha contra la trata de seres humanos en América Latina, siempre desde la perspectiva de la protección de las víctimas; por ejemplo, cuando estas, una vez descubierto el delito, deciden regresar a su lugar de origen y esto requiere el traslado con protección de las autoridades.
Además, en su trabajo de apoyo a las comunidades indígenas de América Latina, en EL PAcCTO también conocemos de cerca la situación de especial vulnerabilidad de las mujeres indígenas, que son discriminadas de forma triple por ser mujeres, pobres y, además, indígenas; Su condición de migrantes también las coloca en situación de mayor vulnerabilidad. Todo ello las convierte en personas más frágiles y potenciales víctimas de redes de trata y tráfico de personas.
En cualquier caso, la igualdad de género ha emergido con fuerza en la conciencia social de forma significativa, llegando incluso a conformar uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible contenidos en la Agenda 2030. La trata de personas también está presente en este ODS número 5, puesto que afirma que para lograr la igualdad de género se debe erradicar la violencia y la discriminación contra las niñas y las mujeres, incluyendo así la trata y la explotación sexual.
La respuesta de EL PAcCTO
Además del trabajo de coordinación interinstitucional para proteger a las víctimas y de su apoyo a las comunidades indígenas, hace apenas unos días ha nacido el primer Equipo Multidisciplinar Especializado en Trata de Seres Humanos en Bolivia impulsado por EL PAcCTO. Conformado por policías y fiscales especializados, este equipo permitirá enfrentar de forma conjunta a partir de ahora el delito de trata en el país andino.
Asimismo, el programa está estrechamente vinculado a la Red Iberoamericana de Fiscales Especializados contra la Trata de Personas y el Tráfico de Migrantes (REDTRAMP) de la AIAMP, donde se intercambia información y se protege a las víctimas. Este vínculo también es permanente con las instituciones de justicia de MERCOSUR para mejorar las normas internacionales hoy vigentes. Además, se ha creado la red eurolatinoamericana LYNX, formada por policías especializadas de ambas regiones en trata de seres humanos; su principal cometido es el intercambio de experiencias, formas de trabajo y métodos de investigación.
Finalmente, el delito de trata de seres humanos ha sido abordada por varias expertas y expertos de EL PAcCTO en este manual de investigación de casos de trata y en este sobre protección de víctimas.
Mavi Moreno, consultora de comunicación en EL PAcCTO